No os dejéis engañar por la elaborada fachada barroca: la Basílica de San Jorge (en checo Bazilika sv. Jirí) con el convento adyacente es la iglesia románica mejor conservada de Praga.
También es la segunda iglesia más antigua de la ciudad y, si queremos añadir un récord, la iglesia más antigua dentro del complejo del Castillo de Praga. El adyacente Convento de San Jorge es ahora la sede de una sección de la Galería Nacional Checa.
La Basílica de San Jorge fue fundada alrededor del 920 d.C. por el príncipe Vratislav I, padre de San Wenceslao; el monasterio benedictino fue añadido ya en el 973 y aprovechando la ocasión la basílica fue ampliada. Una primera reconstrucción importante se produjo tras el incendio de 1142. Los interiores, así como los vemos hoy en día son el resultado de importantes obras de reestructuración realizadas en 1887 y 1908.
En 1782, en el ámbito de las reformas del emperador José II, el monasterio fue despojado de su función; desde entonces durante muchos años fue utilizado como cuartel.
En el corazón del Castillo de Praga, la basílica y el convento añaden arte, historia y cultura a vuestra visita de la ciudad.
El interior de la Basílica de San Jorge es austero y monumental, pero este efecto es mitigado por una escalera barroca que conduce al ábside, donde podréis admirar los frescos del siglo XII. También hay una pequeña cripta, que se puede ver desde el arco que pasa por debajo de la escalera.
Dentro de la basílica están enterrados los reyes Premyslidi, el príncipe Boleslav II muerto en el 997 y el príncipe Vratislav, fundador de la iglesia muerto en el 921.
Al externo se elevan sobre el cielo de Praga Adán y Eva, las dos torres en marga. Eva, la torre meridional, es más esbelta e inclinada que Adán y tiene unos 40 m; ambas alcanzan una altura de 41 m.
El edificio a la izquierda de la basílica quizás os podrá parecer normal desde el exterior, pero se trata del monasterio más antiguo de la República Checa. Los muros que una vez albergaban un convento de monjas benedictinas, ahora guardan una colección de obras bohemias, en su mayoría del siglo XVIII.
Aquí podéis admirar esculturas liberty de los artistas Josef Myslbek, Stanislav Sucharda y Bohumil Kafka (este último no tiene ningún parentesco con el famoso escritor praguense Franz Kafka), los retratos de Josef Manés, y los paisajes de Julius Mařák.
La Basílica y el Convento de San Jorge están situados dentro del complejo del Castillo de Praga, por lo que para visitarlos es necesario comprar la entrada para el castillo. Es posible elegir entre una visita larga o una más corta.
Una visita al Castillo de Praga es imprescindible en cualquier visita a Praga. Puede pasar un día entero visitando los palacios históricos, oficiales y eclesiásticos, las fortificaciones, los jardines y otros lugares pintorescos que componen el complejo del castillo. Estamos seguros de que no se arrepentirá de haberse quedado allí tanto tiempo: el ambiente es mágico, como un paseo por los siglos.
Por un pequeño recargo, puede participar en una visita al castillo con un guía profesional certificado.
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