Calle Karlova

La estrecha y sinuosa calle Karlova es una calle peatonal entre Mala Strana y Stare Mesto, los dos barrios históricos de Praga.

Será imposible evitarla, y tal vez os quejaréis de la multitud que ralentiza vuestro camino, ésta es, de hecho, una de las calles más famosas de Praga, incluida en todos los tours del centro histórico, y con frecuencia se bloquea con los turistas que quieren llegar al Puente de Carlos o al hermoso Castillo de Praga.

Si la multitud os angustia, cerrad los ojos por un momento e imaginad esta misma calle recorrida hace siglos por un príncipe con el corazón palpitante y su procesión real. Calle Karlova es, de hecho, parte del histórico camino que conectaba la Corte Real con el Castillo, y que el futuro rey tenía que recorrer en el día de su coronación.

Tal vez sea difícil imaginar una pomposa procesión desfilando a lo largo de esta calle tan estrecha y llena de gente, pero aun así es bueno recorrerla admirando las casas góticas y renacentistas y los portales barrocos, o echar un vistazo a los escaparates de las tiendas.

Tiendas y edificios de la calle Karlova

La calle Karlova, está llena de tiendas y cafés, y por lo tanto es ideal para ir de compras o tomar un café rápido, que incluso podría durar horas!

Algunas de estas tiendas son históricas. En esta calle encontraréis el serpiente de oro (U Zlatého Hada en checo), el primer café de Praga establecido en 1713. Hoy en día es un restaurante.

En el número 44 de esta calle se encuentra Karlova Crystal, la tienda más reluciente que jamás visitaréis: dos plantas de cristalería, porcelana, joyas y lámparas de araña de los mejores fabricantes internacionales de Bohemia incluyendo Bohemia Garnet, Bohemia Glass Bijouterie, Oliver Weber, Preciosa y Swarovski. quí podéis comprar vuestros recuerdos más valiosos, pero si los precios os asustan siempre podéis consolaros con una visita a la fábrica de vidrio, donde podéis presenciar el espectáculo de la creación del vidrio soplado.

Al llegar al nº 3/175 paraos para admirar la fachada del edificio conocido como La casa de los pozos de oro, con su maravilloso estuco barroco.