Praga tiene uno de los mejores sistemas de transporte público de Europa, eficiente y económico, y aunque la ciudad se puede recorrer a pie, para un turista puede ser útil usarlo para desplazarse de una zona a otra o llegar hasta la periferia.
El transporte público incluye metro, tranvía, autobús, funicular y servicios de barco: son gestionados por la empresa de transporte Dopravní podnik y abarcan la mayor parte de la ciudad y la periferia. Se puede elegir entre diferentes tipos de billetes y abonos dependiendo del uso que se haga del transporte público.
Incluso para llegar al aeropuerto se puede utilizar el transporte público, combinando metro y autobús; pero son más rápidos los minibuses y shuttle bus específicos para el aeropuerto.
Una alternativa cómoda al transporte público para llegar a los lugares turísticos de la ciudad son los autobuses turísticos, con paradas cerca de los museos, monumentos y lugares de interés más famosos.
Si queréis un servicio más cómodo podéis coger un taxi, teniendo cuidado de que el conductor del taxi aplique las tarifas oficiales.
El medio de transporte más rápido y fácil de usar para moverse de una zona a otra de la ciudad es sin duda el metro.
El metro de Praga tiene tres líneas y es muy eficiente. Los trenes funcionan desde las 5 de la mañana hasta medianoche, con una frecuencia que oscila desde los 2-3 minutos durante las horas punta a los 4-10 minutos durante el resto de horas del día. Para más información, le remitimos a una página dedicada únicamente al metro de Praga.
Los autobuses de línea cubren una red de 400 kilómetros, pero raras veces son utilizados por los turistas para moverse por el centro de la ciudad. Por lo general se utilizan para llegar a las estaciones de metro de las zonas periféricas o si no por la noche, cuando el metro ya está cerrado.
Las líneas de autobuses públicas 119, 100, 179 y 225 conectan el aeropuerto con el metro, con el que después podéis llegar al centro de la ciudad. Esta es la forma más barata para llegar desde el aeropuerto hasta el centro de Praga, pero no la más cómoda.
Si preferís un método más rápido, sin tener que cambiar de medio de transporte, podéis coger los minibuses o los shuttle bus: existen varias empresas y cada una aplica una tarifa diferente.
Los tranvías (tramvaje) son el medio de transporte público más antiguo de Praga. Cubren una amplia red, pasan con frecuencia y permiten ver gran parte de la ciudad sin tener que caminar demasiado.
Los tranvías diurnos circulan desde las 04:30 hasta la medianoche con intervalos que van de 10 a 20 minutos. Los tranvías nocturnos circulan desde las 00:30 hasta las 4:30 con intervalos de unos 30 minutos. Se reconocen por el número, que va del 51 al 59 y está señalado en azul en los carteles de las paradas.
En cada parada hay un cartel en el que se marca la parada en la que se encuentra, las paradas consecutivas y los números de los tranvías que paran. Los tranvías más nuevos tienen una pantalla electrónica que anuncia las paradas.
Para recorrer Praga como turista el tranvía más utilizado es el 22, que para en todos los lugares más significativos de la ciudad. Otras líneas que pasan cerca de los principales monumentos, ofreciendo sugerentes vistas a lo largo del trayecto, son el 14, 17 y 23.
Una línea especial es la del nostálgico tranvía nº 91 (nostalgická linka c. 91), un tranvía histórico que circula durante los fines de semana y los días festivos desde finales de marzo hasta mediados de noviembre.
El tranvía 91 sale desde Vozovna Strešovice y continúa hacia el centro de la ciudad, con un trayecto cada hora desde el mediodía hasta las 17.00.
Atención: los billetes de transporte público no son válidos para el tranvía 91, hay que comprar un billete separado.
Si no está seguro de cuánto va a utilizar el transporte público, puede optar por comprar un billete sencillo para cada viaje en autobús, metro, tranvía o funicular.
Los precios de los billetes sencillos en Praga son:
Los niños menores de 15 años viajan gratis.
Los billetes sencillos pueden adquirirse en las máquinas expendedoras de billetes, las estaciones de metro, las oficinas de turismo, los quioscos, los hoteles y algunas tiendas.
Existen dos abonos que pueden resultar especialmente prácticos para quienes permanezcan poco tiempo en la ciudad. Se trata de abonos válidos para todos los transportes públicos.
Los precios de los abonos en Praga son:
Estos abonos pueden adquirirse en las oficinas de información de la Compañía de Transportes Públicos de Praga. Tenga en cuenta que sólo son válidos para el transporte público y, por tanto, no le permiten subir a los autobuses turísticos.
Visite Praga en libertad sin preocuparse por gastar demasiado dinero: ¡es posible! Con un solo billete puede utilizar el transporte público tantas veces como quiera, entrar gratis en 30 de los monumentos más famosos de Praga y obtener descuentos en otros 50. ¿Cómo? Adquiriendo el Prague Visitor Pass.
Prague Visitor Pass es una tarjeta turística que permite el uso ilimitado de autobuses, tranvías, metro, funiculares y transbordadores, así como la entrada gratuita y descuentos en museos, monumentos, visitas y servicios. Prague Visitor Pass también incluye un servicio de autobús de ida y vuelta al aeropuerto.
Puede elegir una tarjeta válida de 48 a 120 horas, con tarifa reducida para niños y estudiantes.
Una solución muy interesante para quienes no les gusta caminar son los autobuses turísticos, autobuses de empresas públicas o privadas que conectan los principales puntos de interés turístico de la ciudad.
La principal ventaja de utilizar los autobuses turísticos en lugar del transporte público reside en la comodidad de no tener que planificar el viaje. Las paradas están siempre cerca de las entradas de los museos, monumentos y otras atracciones, por lo que no hay necesidad de informarse sobre las direcciones o qué autobús, tranvía o metro tomar: basta con subir al autobús turístico y bajarse exactamente en la atracción que desea visitar. Práctico, ¿no?
Con la fórmula Hop-on Hop-off, estos autobuses le permiten construir su propio itinerario libremente, decidiendo subir y bajar en las paradas que más le convengan. No hay límite en el número de veces que puede tomar el autobús durante la validez de su billete, que puede ser de uno o dos días.
Los autobuses turísticos son muy recomendables para las familias. Desplazarse a pie con niños por una ciudad desconocida puede ser peligroso (¡y agotador!) Estos autobuses le permitirán disfrutar de sus vacaciones con seguridad y mantener a sus hijos entretenidos.
Además, muchos autobuses turísticos ofrecen una audioguía disponible en varios idiomas, incluido el español, que le dará información sobre la ciudad y las atracciones que va a visitar.
El teleférico del Zoo de Praga está en funcionamiento todos los días desde finales de marzo hasta finales de diciembre desde las 9.30. La hora de cierre puede ser a las 17, 18 o 19 dependiendo de la temporada.
Se puede comprar un billete individual o de grupo en las máquinas expendedoras que se encuentran en la entrada. Los niños menores de 6 años acompañados viajan gratis en el teleférico. No son válidos los abonos o tarjetas turísticas, ni los billetes ordinarios para el transporte público.
Inaugurado en 1891, el funicular llega a la cima de la colina de Petrín desde la parada del tranvía de Újezd (tranvía 6, 9, 12, 20, 22 o 23) en Malá Strana, con una parada intermedia en Nebozízek.
Funciona diariamente desde las 9:00 hasta las 23:30 (23:20 de noviembre a marzo) con intervalos de 10-15 minutos. Es gratis para los propietarios de la Praga Card y de abonos; si tenéis que comprar el billete podéis hacerlo en la base del funicular.
El transporte público en Praga también incluye seis líneas de ferry que circulan en horas diurnas con una frecuencia de unos 10-15 minutos. No son necesarios para visitar las zonas turísticas de la ciudad pero pueden ser una manera de observarla desde otra perspectiva.
Para los barcos de línea son válidos los billetes ordinarios para los medios de transporte público. Si en cambio queréis una excursión en barco más cómoda, tal vez con un aperitivo o una cena, podéis reservar uno de los numerosos cruceros por el río Moldava de una hora u otras ofertas de empresas privadas.
Encontrar un taxi en Praga no es difícil. En el centro y en el aeropuerto podéis coger un taxi en una de las numerosas taxi rank, por lo general sin la necesidad de largas esperas: de esta manera tendréis la seguridad de estar pagando bajo las tarifas máximas establecidas por la ley y evitar timos, bastante probables si paráis un taxi por la calle.
Si preferís podéis reservar un taxi llamando a una de las diversas empresas locales: vuestro hotel podrá hacerlo por vosotros.
Los precios oficiales máximos para los trayectos en taxi en el distrito de Praga son:
A pesar de la alta calidad del transporte público, la mejor manera de moverse y apreciar Praga es a pie, paseando por la ciudad. Esto os permite prestar atención a los detalles que se os escaparían viajando con los medios de transporte, observar edificios particulares, sacar fotos desde todos los rincones y sobre todo respirar la mágica atmosfera de esta ciudad encantadora.
Caminar en Praga es realmente fascinante, pero para no encontrarse en situaciones desagradables es bueno seguir unos pequeños consejos. Recordad que los tranvías siempre tienen prioridad, viajan en ambas direcciones en el centro de la calzada, y no siempre van a una velocidad lente.
No creáis que los coches se detendrán para dejaros pasar cerca de los pasos de peatones: la obligación de parar se ha introducido en los últimos años y a menudo es todavía ignorada.
Prestad atención también a vuestras pertenencias personales porque lamentablemente en las zonas turísticas y en las estaciones de ferrocarril los robos son frecuentes.
Dicho esto, Praga es generalmente una ciudad segura y maravillosa para visitar a pie, con sus vistas panorámicas, sus pintorescos callejones, sus hermosos parques y jardines, por no mencionar la encantadora ribera del río.
La City Card le permite ahorrar en transporte público y/o entradas a las principales atracciones turísticas.